Disfrutar del Pirineo para San Valentín es una escapada que recordaréis siempre. Sumergirse en el Valle de Aísa, ver las montañas nevadas, pasear por pueblos pintorescos y la gran oferta de actividades al aire libre crean una atmósfera perfecta para celebrar el día de los enamorados.
Si todavía no sabes cómo decírselo, os recordamos que San Valentín este año cae en viernes y una escapada romántica al Pirineo puede ser tu gran aliada. Imagina una cena romántica en un restaurante con vistas a la montaña, un alojamiento rural y un spa.
En la Jacetania y Valles contiguos como el de Tena existen lugares destinados al bienestar. Programas de relajación diseñados exclusivamente para parejas, con acceso a jacuzzis, saunas o baños de vapor y masajes son algunos de los paquetes que ofrecen balnearios y hoteles.
Los que quieran disfrutar de actividades al aire libre, un paseo en trineo tirado por perros o un paseo a caballo por los pasajes nevados puede ser una experiencia inolvidable. Actividades de aventura, como deportes de invierno como el esquí alpino, de fondo o de travesía, las raquetas o el snowboard son deportes de adrenalina perfectos para un febrero en el Pirineo.
Si buscáis algo diferente y romántico, el Pirineo es un lugar perfecto para observar las estrellas. Los días de cielo despejado, las altas montañas con poca contaminación lumínica ofrecen momentos ideales para hacer una observación astronómica.
Historia y encanto encontraréis si visitáis localidades como Jaca con su casco antiguo y su Ciudadela. Y cultura y tradición si preferís sumergiros en la historia de la tierra. El Museo de San Juan de la Peña, la Catedral de Jaca o el Museo de Miniaturas Militares son la opción perfecta para conectar con el territorio sin perder la esencia romántica.
Naturaleza, aventura, cultura o relax, el Pirineo es el entorno perfecto para hacer una escapada de enamorados inolvidable.