Muchos son los atractivos y actividades que se pueden hacer en el Valle de Aísa y en sus alrededores. Nosotros os vamos a hablar de uno de ellos y como disfrutarlo mediante una ruta a pie. Se trata del Barranco de Igüer.
Pasaremos por el manantial de Rigüelo para acabar en las praderas de los Llanos de Nazapal, lugar en el que nace el río Estarrón. Durante todo el camino tendremos unas magníficas vistas de los Mallos de Lecherín, unas montañas que se alzan hasta los 2.452 metros.
Esta ruta se hace por la cabecera del Valle de Aísa, una ruta circular con inicio en el conocido como Parking de Rigüelo.
El primer tramo se hace por una pista con una pendiente bastante pronunciada, junto al río Estarrón. Tras unos 15 minutos de subida llegaremos al refugio de Saleras, un pequeño refugio que consta de dos habitáculos y chimenea.
En este punto confluyen los barrancos de Igüer y Estarrón, además de que el valle se abre ante nosotros para ofrecernos unas espectaculares vistas de los Mallos de Lecherín.
Durante el camino por el Barranco de Igüer nos iremos encontrando una sucesión de pequeñas cascadas y pozas que en los meses de verano invitan a que nos refresquemos.
Pasado el refugio de Saleras tendremos que cruzar el Barranco de Igüer en dirección noreste, teniendo como referencia los Mallos de Lecherín hacia donde nos dirigiremos.
En suave ascenso acabaremos alcanzando la divisoria de aguas entre las cuencas del Barranco de Igüer y Estarrón, para adentrarnos por un sendero que discurre a media ladera por la cuenca del barranco de Estarrón, hasta alcanzar las cascadas del Manantial de Rigüelo.
Precioso lugar para tomarnos un descanso y disfrutar del paisaje.
Una vez que dejamos atrás las cascadas del Manantial de Rigüelo continuaremos dirección noreste hacia las faldas de los Mallos de Lecherín. En ese transcurrir encontraremos el sendero GR-11 1 procedente de Canfranc y con destino al refugio de Lizara.
Tomamos este sendero, GR-11 1 y dejamos a nuestras espaldas los Lecherines ahora con dirección oeste y cogiendo altura otra vez para ir hacia la cuenca del Barranco de Igüer. Pasaremos por las fuentes de Rigüelo.
Continuamos por la GR-11 1 hasta alcanzar de nuevo, aunque esta vez a mayor altura, la divisoria de aguas entre los barrancos de Igüer que discurre lentamente por las extensas praderas de los Llanos de Nazapal.
Después de dejar la GR-11 1 volvemos a coger la carretera entre Aísa y el parking de Rigüelo para hacer ya el tramos final de la ruta.
En este tramo antes de dar por finalizada la salida, aún encontraremos otro atractivo en el que podemos hacer una parada para disfrutar y hacer alguna foto, la Cascada del Sibiscal. Un puente de madera nos encara directamente a esta caída de agua, que en verano tiene una caudal muy menor e incluso puede que nulo.
Tras esta parada solo nos quedará continuar la carretera para llegar al punto en el que iniciamos la salida, el parking de Rigüelo.
Una salida completa en la que se pueden disfrutar de los rincones más bonitos del valle.